ramon gener

El amor te hará inmortal de Ramón Gener tiene una banda sonora definida por su autor. Cada capítulo, cada rincón de las páginas de este libro tiene una melodía asociada que te transporta, que te eleva y te deja caer poco después, re-organizando tus sentimientos sin apenas sentirlo. “Música, memoria y vida”, aunque parezca incoherente, pues el comienzo de estas páginas relata la muerte del padre de Gener: “Tu padre se muere. Ha venido el médico y ha dicho que no pasará de veinticuatro horas”. Así, sin más. Y allá, a lo lejos, un nombre en luces de neón con grandes letras que te deslumbran, Alzheimer.

¿Es un homenaje a tu padre?

A todos los padres. A todas las madres, hermanos, hijos, tíos y amigos de los que se han muerto.

¿Era una necesidad escribir este libro?

Me suele ocurrir que cuando me pongo a escribir me salen cosas mías, no es porque sea mi padre, ni porque mi padre sea especial, que no lo era -sí era un buen hombre-, ni porque yo sea especial, que tampoco lo soy, sino que las cosas que nos pasan cuando sucede algo del género son las mismas para todo el mundo. Cuando tienes miedo da igual que tengas cinco años o sesenta, seas de Sevilla o de China, siempre es el mismo miedo en los mismos sitios, y siempre reaccionamos a las mismas emociones del mismo modo, seamos quienes seamos y vengamos de donde vengamos.

¿No hay nada más cruel que olvidarse de todo?

Yo explico que mi padre murió dos veces, pero quienes lean el libro verán que más tarde hablo de morir tres veces. Los griegos decían que todos nos morimos dos veces, la primera cuando lo hacemos físicamente, que sólo es el preámbulo, porque la muerte de verdad sucede cuando todo el mundo te olvida. Cuando ya nadie dice tu nombre, cuando nadie recuerde quien fuiste y entonces te desvaneces, simplemente dejas de existir. La cuestión es que mi padre cuando todos morimos por primera vez, él ya había muerto dos veces porque se olvidó de todo y de todos, y por eso el final es morir tres veces. El libro está hecho para que mi padre no tenga que morir una tercera vez, y para que todos los padres de todo el mundo no tengan que morirse nunca, o por lo menos para intentarlo.

Utilizas la mitología griega, concretamente a las moiras, para relatarnos distintos episodios vitales de grandes figuras como Verdi, Ricardo Mutti, María Callas o Farinelli, entre otros.

Narro como ellos resolvieron todo lo que nos pasa; que me pasa a mí, pero que nos pasa a todos cuando sucede una cosa así. En el duelo cada uno tiene una serie de sentimientos, nos aislamos, soñamos, nos sentimos aliviados pero al mismo tiempo culpables. Hay toda una serie de cosas que suceden, y entonces de lo que se trataba era de que las moiras, que son mi ángel de la guarda, que siempre han sido y que ahora están aquí, aunque no las veamos, son las que me dicen: te vamos a coger de la mano y vamos a ir a ver a las personas que tú más admiras y quieres, para que veas qué hicieron ellos -que también pasaron por estos momentos- y así ayudarte a resolver todos los problemas que tú tienes.

Y en ese recorrido relatas los aspectos más curiosos y menos conocidos de la vida personal de estos artistas

Sí, porque a mí lo que me interesa realmente de los músicos nunca es su música. La música es lo menos interesante de un músico, al igual que un cuadro es lo menos interesante de un pintor, o un poema lo menos interesante de un poeta. Lo realmente interesante es por qué escribe lo que escribe, y en este caso, ¿por qué compone la música que compone Verdi? La ilusión de Verdi no era escribir La Traviata ni Nabucco, su ilusión era ser padre. Era lo único que él quería y no pudo ser.

Y empiezas con el Bolero de Maurice Ravel, que según dicen era enfermo de Alzheimer

Bueno, hay quien piensa que sí y otros que no, lo que es cierto es que sufría algún tipo de enfermedad neuronal degenerativa, de ahí esa melodía que se repite insistentemente una vez tras otra. Una melodía para que la recuerden incluso los que no recuerdan nada. Siempre me gusta pensar que un escritor, un poeta, un pintor o un músico -como en este caso- escribe la música para algo especial, no es nunca porque sí.

Y para terminar, ¿por qué esos tres cipreses en la portada?

Cuando lleguen al final del libro los lectores sabrán el sentido de esos tres cipreses, que tienen que ver con mi padre. Yo fui a un colegio muy religioso y tuve una educación muy estricta, mi padre era un hombre muy rígido y austero, era un catalán muy de los de antes, de madrugar y trabajar, trabajar, trabajar… de la disciplina, horario, puntualidad, del rigor y el compromiso, responsabilidad, etc. Y yo era todo lo contrario. Estaba constantemente fantaseando desde pequeño con mis historias. Desde el colegio, se despertó en mí mucho interés por las religiones, y siempre hablaba de estas tres moiras que aparecen en el libro. Porque ellas son el por qué de todo, ellas regían sobre el destino de los dioses del Olimpo, incluso el mismísimo Zeus estaba sujeto a lo que ellas dictaminaran. Entonces siempre hablaba de esas cosas a mi padre que me escuchaba y decía: ¡Dios mío, qué hijo tengo! Pero al final aparecen esos tres cipreses que planté con él, cuando era pequeño, y que él me hizo plantar por una razón muy concreta que no voy a desvelar y que tendrán que descubrir los lectores.

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