Francesc Gascó. Foto Chris Parkes

‘No hay excusas’ es la historia de cómo un sedentario investigador puede conseguir un cuerpo de superhéroe. Cansado de mirarse al espejo y no gustarse y harto del cliché de que un doctor de Paleontología y fan de los cómics no necesita tener un cuerpo fuerte y musculado, Francesc Gascó, decidió empezar su propia Operación Thor para romper con esa situación.

Dice de ti Jordi Martínez (director de Men’s Health) que tienes algo que ni se compra ni se vende, y es: LA VERDAD. ¿Eres como un superhéroe que se quita el antifaz?

No sé si se refiere Jordi a que tengo LA VERDAD o simplemente verdad general. Básicamente lo que yo hice fue probar un montón de consejos que se ven en las redes, en libros y entrevistas -sobre todo en Men’s Health mi principal fuente de información para estas cosas-. Me di cuenta de que cada uno tenemos un cuerpo, un metabolismo, una genética y también una ocupación y cierto tiempo. Eso es lo que he compartido en el libro. A mí me gusta mucho el símil con los superhéroes porque soy consumidor de cómic desde que soy niño, pero en absoluto me considero un superhéroe. Sino una persona normal, que simplemente lejos de probar una metodología y al ver que no funcionaba abandonarlo todo, pues seguí probando con muchísimas ganas y mucha cabezonería. Esa metodología que me ha servido y la manera de alimentarme y entrenarme que me ha funcionado, es la que comparto con todo el mundo.

De chaval friki a Thor… tu historia podría aproximarse mucho a la de el Dr. Donald Blake.  ¿Este cambio ha sacado al “Asgardiano” que llevas dentro?

Evidentemente me estás tocando la fibra porque aún soy un chaval que se puede catalogar de esa manera, puesto que aún consumo muchísimos cómics, y en su momento, me he inspirado en estas figuras y te miras en ellos. Son personajes que aunque sean totalmente ficticios, en cierta manera, los admiras y me he fijado en los superhéroes más afines a mí por su forma de ser, así que dejé que me inspiraran sin más. No lo escogí como meta, en absoluto, primero porque los que están dibujados son meros dibujos, que aunque suene a perogrullada, es la verdad. El dibujante puede hacerlos todo lo perfectos, musculados y maravillosos que quiera. Y por otro lado, la gente que se ha encargado de encarnarlos en el cine tiene a su disposición un grupo de preparadores físicos, todas las metodologías que hacen falta, y al fin y al cabo, dependen de este resultado físico para interpretarlos en la gran pantalla. Ellos para ‘ganarse el pan’ tienen que estar hechos ‘un pincel’ para interpretar el personaje a la perfección. Así que como digo, me dejé inspirar por ellos, pero jamás los tomé como meta. Es algo que todo el mundo tiene que tener claro.

Y comienza la operación Thor. ¿Qué es más duro en esos inicios la dieta o el entrenamiento?

No sabría decirte qué fue más duro. Lo cierto es que durante mucho tiempo intentaba hacer una cosa u otra y las abandonaba porque no había empezado este camino con los pies en el suelo. Siempre dices: ‘Venga va, voy a empezar a entrenar y me voy a poner fuerte’, pero en realidad no sabes muy bien lo que estás haciendo, vas un poco como un pollo sin cabeza. Lo que hice fue intentar convertir estas cosas en mi rutina. Entrenar poco a poco e ir consiguiendo pequeños logros. Y luego, en cuanto a la alimentación, no fui una persona que de repente, de la noche a la mañana, abandonara todos los hábitos de comida y estuviera todo el día con patata hervida y pollo a la plancha porque es inviable. Sí lo hice en el pasado y te aburres a los dos días, te cansas, y de repente tu cuerpo te pide otras cosas. Entonces dentro de esa filosofía de tener los pies en el suelo llegué a la conclusión de que no tenía que renunciar a todo y pasarme completamente a un estilo de vida que no iba conmigo. Lo que hice fue conciliarlo. Por ejemplo, me dejé los fines de semana más o menos libres para comer con los amigos o la familia. Entre semana sí que me cuidaba, pero de vez en cuando me daba un caprichito.

Yo me frustro, tu te frustras, nosotros nos frustramos… En este proceso de cuerpo 10 hay un parón (o varios) ¿Cómo se superan?

Reconozco -e incluso me lo critico- que empecé a entrenar simplemente por una cuestión estética, todo el mundo quiere verse estupendo en verano. En mi caso me ayudó muchísimo el momento en el que fui consciente de que estaba ganando en salud. Era andar por cuestas y ya no me ahogaba, notaba que tenía más resistencia. Y por otro lado, yo iba cada mes, de una manera ‘sagrada’, al fisioterapeuta porque al estar tantas horas frente al ordenador tenía la espalda destrozada, tenía contracturas en las contracturas, era horrible. Y de repente al estar fortaleciéndome la espalda y el abdomen, me sorprendí al ver que hacía tres meses que no iba al ‘fisio’, porque no tenía dolores como los de antes. Por este tipo de cosas empezó a cambiar totalmente mi actitud y me reafirmó a seguir entrenando.

Mirarte en el espejo de la vida de otros es inspirador, en tu caso la vida de Víctor Tasende ¿Habría que fijarse más en esos héroes anónimos?

La verdad es que el caso de Víctor me dejó alucinado y con lágrimas en los ojos. Porque claro, cuando empiezas a entrenar y cuidarte te pones tus metas: a ver si logro estar como quiero, coger fuerza, etc. Entonces hay un momento, en que te das de bruces con un caso como este, de una persona que supera una tetraplejía y está haciendo triatlones y iromans y dices: ‘¡Madre mía! ¡Qué tontería es lo mío!’ cuando hay gente que ha superado algo así, que está superándose día a día y luchando ‘contra viento y marea’. En cuanto conocí su caso en los premios Men’s Health de hace un par de años me inspiró muchísimo porque me di cuenta de que básicamente todas mis frustraciones eran nada, un granito de arena, no eran ninguna montaña. Creemos que nuestros problemas son enormes porque son los nuestros y porque nosotros mismos hacemos de ellos una bola enorme.

Ahora que has hecho referencia a los premios Men’s Health ¿cómo fue aquello? Te dijiste ¿voy a pasarme por allí a ver qué pasa?

(risas) Aquello fue muy gracioso. Yo llevaba ya leyendo la revista muchos años. Empecé a escribir en los foros de la misma y a conocer a gente, que como tú, también está intentando ponerse en forma, o gente que ya lo está y comparte sus entrenamientos. Entre esa cantidad de foreros formamos piña unos cuantos, la mayoría de Valencia y, en ocasiones, hacíamos quedadas para comer y entrenar juntos. Y me acuerdo que cuando ya había pasado año y medio y se me notaba que había perdido algo de grasa y cogido fuerza, un par de amigos del foro me dijeron: ‘¿Oye, por qué no te presentas este año al concurso este de la revista? ¿Yo? ¿Si la gente que suele presentarse tiene un cuerpo modelo?’. Pensaba que no tenía nada que hacer, pero lo intenté. Me eché las fotos, envié la solicitud y la sorpresa fue que por votos de los internautas a través de Internet, estuve en la semifinal. Fue una experiencia maravillosa.

Cuéntanos el secreto, ¿se puede comer sano sin aburrirnos?

Por supuesto. Yo desde luego no me alimento de arroz y pollo. Primero porque si sigues una dieta restringiendo tanto la diversidad de alimentos que ingieres, hay muchos micronutrientes que te pierdes. Pero por otro lado, una dieta por ejemplo vegetariana es totalmente viable, porque conozco a gente que entrena, no solo en gimnasios, sino que practica crossfit o calistenia, y que puede estar perfectamente en forma comiendo verduras y como mucho también huevos y lácteos.

Es mejor no pasarse, pero si lo hacemos un día ¿qué nos recomiendas?

El concepto de me he pasado es incluso hasta peligroso. Es que hay gente que se pega un atracón y luego al día siguiente pretende estar solo con manzanillas, y tampoco es plan. Si realmente nos pasamos es porque tengamos una comilona con amigos, una celebración familiar, cena de empresa, etc. Eso entra en nuestro día a día. Tenemos que tenerlo muy asumido. No creo que haya que entrar en comer muy poco para compensar. Simplemente seguir con tu alimentación lo más sana posible y ya está. Y eso sí: si de repente te sientes mal por haber comido mucho -como a mí me pasa a veces- pues al día siguiente me voy a entrenar y me digo a mí mismo, ‘voy a quemar todo lo de ayer entrenando todo lo duro que pueda’.

Nos encanta esta frase, «Todos podemos llegar a ser nuestra mejor versión» ¿Un último consejo?

Digamos que es un poco la conclusión. Hay una versión nuestra en la que llegamos a conciliar la actividad física y el alimentarse bien con la vida que deseamos. Y es el mensaje que quería transmitir, que si realmente queremos cambiar y ser unas personas mucho más activas, más deportistas o incluso si buscamos un cambio físico visible en nuestro cuerpo, lo que tenemos que hacer es introducir estos cambios de una manera que nos sea agradable. No tenemos que coger un estilo de vida que alguien nos imponga y hacerlo nuestro. Primero porque los estilos de vida de otras personas no tienen por qué encajar en ese puzzle que es nuestra manera de ser y nuestra vida. Tenemos que coger nuestro propio estilo, con todas las particularidades que nos hacer ser las personas que somos, y simplemente convertir algunos hábitos en algo más saludable. Es decir, tratar de ser nosotros mismos, tal y como somos, pero exprimiendo todo nuestro potencial.

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