«Lola Vendetta nace como personaje con la idea de reivindicar una feminidad que no necesariamente es esa feminidad postiza, tan perfecta, tan impoluta, tan de porcelana… Se trata de romper un poco con eso, y hablar realmente de las cosas que forman parte de la identidad femenina como la menstruación, los pelos, el sudor, rabias y enfados, sin necesidad de caer en definiciones de histerias y cosas por el estilo».
Así define Raquel Riba Rossy a su personaje, a su alter ego, Lola Vendetta. Una novela gráfica que es un «desahogo», una novela «incoformista y combativa» que redefine esa imagen «aceptada por la mayoría» de la relación entre madre e hija.