En Atrapalibros nos embarcamos con Francisco Piniella en Las líneas del silencio, su primera novela de ficción publicada por la editorial Libros de la Herida. Un debut literario que nace de una historia familiar real y que se convierte en una gran odisea a través del siglo XX y los primeros compases del XXI, donde el mar, la memoria histórica y la supervivencia se entrecruzan como rutas marítimas en permanente movimiento.
Todo comienza un sábado 11 de julio de 1936, cuando Isabel González despide en el puerto de Cádiz a su marido, Juan Pellegrini, marino del Cabo San Agustín, buque que conecta diversos puertos de América. Ese viaje marcará para siempre el destino de varias generaciones. A partir de ese germen, Piniella construye una narración que recorre Cádiz, el Puerto de Santa María, Rota, Sudamérica y la Unión Soviética, siguiendo las huellas de las líneas marítimas y de una familia atravesada por la guerra, el exilio y las promesas rotas de la historia.
En nuestra conversación, el autor —marino mercante y exrector de la Universidad de Cádiz— explica cómo esta novela no es una Guerra Civil “al uso”, sino un relato sobre el desamparo y el fracaso de las utopías: republicanos que terminan en el gulag, destinos truncados por decisiones políticas que se toman lejos, vidas que tratan de recomponerse en medio del frío, de la incertidumbre y de un silencio que también es una forma de violencia.
Las líneas del silencio combina memoria histórica, aventura y saga familiar. La estructura del libro es circular: las “líneas” a veces son quebradas, paralelas o concéntricas, como los capítulos que saltan en el tiempo desde el golpe de Estado de 1936 hasta la reciente invasión de Ucrania, mostrando cómo una misma familia vive dos guerras que se responden a décadas de distancia. El lector acompaña a los personajes en sus decisiones extremas, en sus pérdidas, en los reencuentros inesperados y en el intento de reconstruir una identidad marcada por la diáspora.
Durante la entrevista, Piniella comparte también el origen íntimo del libro: estas historias ya aparecían en su ensayo La memoria del árbol, donde investigaba su propio árbol genealógico, y que aquí se transforman en ficción para llegar más lejos y resonar en otros lectores. Almudena Grandes y María Dueñas le animaron en su día a escribir esta novela, recordándole que había una historia que necesitaba ser contada. Hoy, esa promesa se materializa en una obra que dialoga con nuestro presente y se pregunta qué hacemos con lo que heredamos.









