Para qué negarlo, en el momento que te introduces en la historia de Jacob, Stella, el Dr. Jenkins, Amanda Marlow o Kate, ya no puedes dejarlos, ya no puedes parar, y quieres saber. Saber y descubrir por qué; comprender y entender cómo se puede perder la cordura y, cómo el amor nos puede llegar a convertir en auténticos «monstruos» rebasando las líneas de la sensatez.
‘El día que se perdió la cordura’ de Javier Castillo (Suma de Letras)
¿Por qué novela negra?
De adolescente siempre he escrito novela negra, suspense, pero relatos cortos. Escribía 30-40 páginas con una trama donde nada es lo que parece. Supongo que al leer mucho a Stephen King, me he visto muy influenciado por eso. Es el género que más me sale, al final es «lo que te sale».
‘El día que se perdió la cordura’ es tu primera incursión en novela y se ha convertido en un completo éxito.
La publiqué en Amazon en agosto 2014 y me desentendí de la novela. No pensaba que fuera a vender. Entré a las dos semanas o algo así y estaba entre los diez más vendidos , fue como: ¡Ostras, no me lo creo!. Así que miré el gráfico de ventas y el primer día había una venta y pensé: alguien se ha equivocado, lo habrá comprado sin querer (risas), pero los siguientes días eran 5, 10, 40, 100, 150…
No es de extrañar porque esa escena inicial es cuanto menos impactante …
Es cuanto menos chocante, y el lector piensa, ¡qué más puede pasar si ya lo ha dado todo!. Es una técnica que se utiliza mucho. Lo que se hace es empezar con una escena llamativa e ir en retrospectiva, poco a poco, avanzando, y así es como va la novela. Empiezas en la escena que antes decíamos más chocante, como se suele decir, el muerto por delante, y ya te explica por qué está muerto. Y esto de mezclar tiempos también engancha.
Esta forma de escribir es muy cinematográfica
Sí, como curiosidad un par de directores me han pedido la novela. La verdad es que he tenido mucha suerte con eso. Yo veo mucho cine también y al final quería hacer una novela que enganchara. Para ello aplico mi propia regla: la regla de las 100 páginas. Es decir, yo cuando llego a la página 100 decido si sigo leyendo o no, y con la novela no quería fallar mi propio test . Así que intentaba que el texto enganchara, que fuera descriptivo, pero no descripciones muy densas, para tampoco aburrir, entrando más en los sentimientos y en las motivaciones, en la trama, que es lo que al final a mí me gusta en una novela.
El amor como eje fundamental
El amor va guiando toda la novela y empuja a los personajes hacia delante, los hace avanzar. Ese personaje principal, que al principio nos parece malvado y cruel, y que luego torna nuestra percepción sobre él. Va poco a poco cambiando y enseñando el por qué hace las cosas. Cuando vas descubriendo su personalidad, la cual él mismo va relatando, entiendes el por qué ha hecho muchas cosas y acaba uno incluso, no queriéndolo, pero sí simpatizando.
¿Se convertirá en una trilogía al final?
No sé si trilogía completa porque la segunda parte ya está escrita, pero estoy viendo si cierro la trama en la segunda parte, o no. Mi intención es una trilogía. La primera es autoconclusiva, aunque dejo una línea argumental abierta para continuar.
¿La estructura era la que habías querido seguir desde el principio o la has ido cambiando?
Desde el inicio iba pensada así. Estuve como seis meses planeándola en un excel. Qué iba dentro de cada capítulo, qué se conecta con qué, y luego ya el proceso de escritura, un año.
Una novela escrita en el tren, como has declarado más de una vez…
Como curiosidad, Steven, es un hombre del tren que me cruzaba todos los días y lo usaba para descripción física de su cara, sus manos, su manera de andar, él no lo sabe (risas). Es un poco siniestro meterte en un tren y saber que te pueden estar describiendo, pero sí, Steven es un personaje del tren.
¿Personaje preferido?
Jacob me encanta, Amanda también, y la personalidad de niña traviesa de Carla me gustaba muchísimo. Ahora en la siguiente novela que saldrá, evoluciona, han pasado años, y me encanta esos tres personajes, cada uno de ellos.
¿Tenías pensada la segunda parte o todo dependía de la aceptación de esta primera novela?
Iba a salir una segunda independientemente de todo. Al principio pensaba escribir las dos novelas seguidas, esa era la intención inicial. Sí es verdad que conforme la iba escribiendo me dije: voy a abrir un poco esta parte de la trama para dejar continuidad y posibilidad a una segunda, porque me está encantando la trama y los personajes. Asi que como no me apetecía terminar en las 85.000 palabras, sino más bien bien me fui a las 170.000 o 180.000, dividí la trama y seguí avanzando.
¿Vas a publicar la segunda parte primeramente en digital, al igual que esta primera parte?
Seguramente no. La editorial me ha dicho que ha tenido muchísimo éxito en la primera semana de publicación, y el primer día ya se había agotado la primera edición. Me han pedido que les mande ya el manuscrito de la segunda parte.
Y para terminar, ¿cómo definirías ‘El día que se perdió la cordura’?
Yo creo que es una novela de suspense mezclado con la motivación del amor, que cada personaje se mueve por las emociones y no se mueve por resolver un problema o un caso, algo que no se había hecho hasta ahora. Por esa razón engancha, por lo que te transmiten los personajes. Así que si la quieren leer, encantado.
[…] Castillo aún no se lo cree. Ha vendido más de 100.000 ejemplares de su anterior novela, ‘El día que se perdió la cordura’, 17 ediciones en 11 meses, y además será publicada en Italia, Japón, Turquia, México y […]
[…] su acuerdo de colaboración para la adaptación de las dos novelas superventas de Javier Castillo, “El día que se perdió la cordura” (2017) y su secuela, “El día que se perdió el amor” (2018), que se convertirán en una serie […]