© Emilio Morales

En 1923, las autoridades primorriveristas deciden esconder el cinturón de miseria que rodea la ciudad a los futuros visitantes de la Exposición Iberoamericana del 29. Más de treinta asentamientos chabolistas son desalo­jados y sus pobladores enviados a Villalatas, la zona más alejada de cualquier ruta de paso. En aquel lugar, un arrabal sin iglesias donde los niños mueren de miseria y el único consuelo de sus madres es poder disponer del recuerdo foto­gráfico de un cuerpo inerte, se encuentra desde hace años una fonda que resulta ser el burdel más grande, maloliente y barato de la provincia. El relato es una historia de dos grandes mujeres, Davinia y Che, que comienza en 1882, cuando Cristina Salazar Expósito cumple trece años y las monjas del Hospicio de la Santísima Trinidad le buscan un oficio de sirvienta en aquella fonda. Esa misma noche, Doña Paquita la sentará en una silla de enea en mitad del salón donde se espera, le bajará las bragas hasta los tobillos y la rifará al mejor postor entre la selecta clientela. Años después, será capaz de reinventar el pasado y desvelar el futuro.

Bajo la más pura tradición del realismo mágico, Manuel Aparicio Villalba con El retratista de los niños muertos (En los tiempos del porvenir) nos sumerge en un tiempo que trans­curre entre la luz decimonónica de las lámparas de queroseno y la modernidad de un mundo recién estrenado por el hada electricidad, trasladándonos a un territorio que el lector sentirá mítico: Villalatas.

3 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena por la entrevista, he leído el libro, me ha emocionado de principio a fin, el autor lo ha conseguido gracias a una pluma que cuida al detalle cada frase, cada escena, cada personaje, ha iluminado la realidad y muchas veces la trasciende encontrando verdad y humanidad en un mundo fabricado que a veces me ha llevado a no ser capaz de distinguir la realidad de la ficción, tanto que he realizado distintas búsquedas por el mundo digital por si encontraba información sobre las historias relatadas en la novela, un talento arrollador.

  2. El retratista de los niños muertos (en los tiempos del porvenir). NOVELA con mayusculas.

    La mejor que he podido leer en 2019. Ahora sumergida en una segunda relectura porque la trama en la que me vi inmersa hizo que devorase las páginas sin piedad.

    La pluma de este escritor requiere ser leída tal como fue escrita, lenta, pausada, sin prisas, recreandote en cada escenario, recurso, diálogo o personaje. Y darle un tiempo de silencio y meditación para poder disfrutarla en toda su extensión e intención.
    Novela con muchos matices que arranca en el Barranco del Lobo para presentarnos los primeros personajes y situarla históricamente.
    Gonzalo el antiheroe. Antoine Morande periodista francés amigo de este y que representa la modernidad, la esperanza y el futuro.
    Cón los giros temporales, licencia que el autor emplea para compartir los datos biográficos, históricos, etc con el lector… O simple y llanamente obedece a un símil: la vida no es lineal y así queda también reflejada en la novela.
    De este modo nos lleva a la Fonda de Doña Paquita, lupanar donde pasa su infancia Gonzalo y donde conocerá a Che, y más tarde a Davina.
    Dos mujeres fuertes pero distintas.
    Che resuelve su existencia a través de su fe. Davinia, ostentando roles más propios de los hombres que de las mujeres de la epoca.
    Paradójicamente el narrador se convierte en un personaje más que te susurra los desasosiego, silencios, diálogos interiores de los personajes.
    Llena de matices,recursos literarios, acompañados de un lenguaje exquisito, elegante y sutil para desentrañar las vivencias de unos personajes bellamente construidos, dotados de tal realismo, que me he sorprendido más de una vez inmersa en el mundo Google para saber más de ellos.
    Una novela exquisita donde las haya, que te atrapa, te hace soñar y te lleva a los mundos que creías olvidados.
    En muchas ocasiones me he sorprendido emocionada, en otras no he podido parar la risa, y al final, conmocionada.
    Un bello e inesperado final es la apuesta de este valiente, arriesgado y nobel autor.
    Me anoto en mi agenda su nombre, Manuel Aparicio Villalba para seguir leyendole.

  3. El Retratista de los niños muertos (En los tiempos del porvenir)
    Un libro fantástico, con una narrativa impecable. Los personajes de gran fortaleza.
    De las mejores novelas q he leído y estoy volviendo a leer.
    El autor muestra un talento arrollador

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