Olalla Otero, Doctora en Biología por la Universidad de Vigo, ha publicado y colaborado en diversos artículos científicos y ha concedido múltiples entrevistas difundiendo la importancia de tener una microbiota equilibrada y el efecto de los probióticos en la salud. Después de trabajar en el ámbito de la seguridad alimentaria, actualmente es miembro del equipo científico de Nutribiótica, donde se actualiza cada día en las últimas investigaciones sobre probióticos, convirtiéndose en una experta en este campo. La Doctora Olalla Otero presenta ahora «El revolucionario mundo de los probióticos», el primer libro divulgativo que nos introduce al mundo de los probióticos de una forma fácil y amena para saber qué son, cómo funcionan y para qué sirven.

La microbiota es el conjunto de microorganismos que viven en tu cuerpo y realizan funciones decisivas para tu salud. Probablemente has oído hablar de su existencia, igual que la de los probióticos y los prebióticos, pero ¿sabes realmente algo sobre ellos? Este libro arroja luz sobre un tema del que muchos hablan pero muy pocos conocen, y lo hace basándose en cientos de estudios científicos. Explica de forma clara la importancia de tener una microbiota equilibrada y proporciona una guía sobre las cepas de distintos probióticos y sus efectos en multitud de patologías.

Además de seguir la evolución de distintos casos clínicos, expuestos con sencillez, encontrarás listados de trastornos y las cepas de probióticos que han demostrado ser útiles para combatirlos.

Fecha de publicación 23 de febrero de 2022. Más información aquí.

Extractos del libro

Los prebióticos: mucho más que fibra

«La dieta es uno de los grandes moduladores de la microbiota; en función de lo que comamos, así será la composición de nuestra microbiota. Por tanto, cuidar nuestra alimentación resulta vital para nuestro organismo y en ella no pueden faltar los alimentos prebióticos. Si a una microbiota «ideal» no le aportamos los nutrientes que necesita, deja de funcionar bien.»

«Nuestra microbiota es fundamental para que podamos digerir ciertos alimentos. El ser humano tan sólo cuenta con unas veinte enzimas para degradar azúcares complejos, por lo que necesitaremos que nuestra microbiota despliegue toda su capacidad enzimática. Antes te mencionaba los alimentos prebióticos. Cuando se habla de prebióticos puede que nos venga a la mente la fibra, pero no toda la fibra se puede considerar prebiótica y, dentro de los prebióticos, encontramos otro tipo de moléculas que nada tienen que ver con ella. Hay fibras que aumentan la cantidad de las heces, pero que no sirven de comida para nuestras bacterias, y hay sustancias como el resveratrol de la uva, que, aunque no es una fibra, sí tiene un efecto prebiótico. Como ves, todo siempre es más complejo de
lo que parece.»

«Los prebióticos son sustancias que la microbiota emplea de forma selectiva y que confieren un beneficio para la salud del hospedador. Para poder considerar un alimento como prebiótico debe resistir el ácido del estómago, no ser digerido por nuestra «maquinaria enzimática» y no ser absorbido en el tracto gastrointestinal. Pero sí debe poder ser fermentado o degradado por la microbiota y favorecer el crecimiento o la actividad de ciertos microorganismos que realizan funciones beneficiosas. Digamos que son el alimento de nuestras bacterias.»

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