plastic detox

Una de las peores amenazas, no ya para la salud de los océanos sino para la nuestra, es la alta contaminación por microplásticos: los fragmentos más pequeños de este material que se filtran por todas partes hasta acabar por incorporarse al organismo de los seres vivos, incluidas las especies que nos sirven de alimento y nosotros mismos por supuesto. Cada año vertemos en los mares más de doce millones de toneladas de residuos de plástico.

En los últimos años no paran de aparecer informes médicos que certifican la presencia de microplásticos en nuestro organismo. Como el elaborado por la Universidad de Medicina de Viena para el gobierno austríaco y que detectó partículas de plástico en la práctica totalidad de las heces humanas analizadas. Los resultados de todos estos trabajos están siendo analizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evaluar los riesgos potenciales a los que nos enfrentamos y establecer los correspondientes niveles de alerta sanitaria.

La situación es tan seria que la ONU dedicaba el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) de 2018 a la lucha contra la contaminación por plástico con un llamamiento a la comunidad internacional para “repensar urgentemente la manera en que se manufactura, se usa y se gestiona como residuo el plástico en todo el mundo”.

Y es que, de seguir la tendencia actual de producción de este material, en 2020 se superarán los 500 millones de toneladas anuales: cerca de un 1.000% más que en 1980, y casi un 80% de esa producción serán plásticos de un solo uso: de usar y tirar. Por ello, como nos recordaba Greenpeace en un angustiante comunicado, si no emprendemos acciones a todos los niveles para detener el consumo de plástico en el mundo, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar.

Para evitarlo debemos actuar en varios frentes a la vez. En primer lugar, reduciendo la fabricación, comercialización y uso de plásticos procedentes del petróleo y limitando al mínimo los productos de un solo uso elaborados con este material. A su vez es necesario avanzar en la investigación de nuevos polímeros elaborados con restos vegetales, cuyo residuo sea 100% biodegradable en el entorno sin provocar ningún tipo de contaminación, y emprender una gran campaña mundial de recogida para retirar todo ese plástico que tenemos en el mar, proceder a su identificación y valorizarlo de nuevo como materia prima. La peor decisión que tomamos fue elaborar con plásticos productos de un solo uso, de usar y tirar.

El plástico nos asedia. Estamos a punto de superar la capacidad de carga de nuestro entorno. Islas, continentes, hemisferios: La Tierra en su conjunto podría convertirse en una bola de plástico, como las inocentes bolas que ideó Hyatt para jugar al billar, si no abandonamos pronto la cultura del usar y tirar y reducimos su fabricación y consumo.

A ello pretende contribuir este libro. No es necesario seguir las ideas al pie de la letra. Tampoco hay que estresarse. El propósito es identificar las oportunidades para cambiar, señalar el problema y proponer ideas para que, en la medida en la que sea posible podamos adoptar las que resulten más cómodas y supongan un menor sacrificio. Pero lo que está claro es que debemos pasar a la acción. No podemos seguir de brazos cruzados. Porque si para cuidar el medio ambiente los pequeños gestos son poderosos, en este caso resultan fundamentales.

El autor: José Luis Gallego

José Luis Gallego es divulgador ambiental y escritor, ha publicado más de una veintena de libros sobre naturaleza y medio ambiente. Es el experto en medio ambiente del programa Julia en Onda, así como en el espacio “Meteo Ambient” de Catalunya Ràdio. Además, es articulista de opinión de eldiario.es, publica una columna semanal en La Vanguardia y colabora en varios medios digitales.

 

Plastic Detox
Autor: José Luis Gallego
Editorial: Libros Cúpula
PVP: 15,90
A la venta el 26 de marzo de 2019

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