Atrapalibros, Mari Pau Domínguez
Mari Pau Domínguez

El 2 de junio de 2014 el Rey Juan Carlos I anunciaba su decisión de abdicar en favor de su hijo Felipe de Borbón y Grecia. Hubo quién pensó que se iba a producir una «convulsión social» si tal cosa sucedía, «pero lo cierto es que no pasó nada». Es en ese momento cuando la periodista y escritora Mari Pau Domínguez decide «echar la mirada atrás» y ver la raíz histórica de esta dinastía «impuesta», que en sus orígenes no tuvieron muy claro «si se iban a perpetuar en España».

¿Consideraba Felipe V que España era un país difícil de gobernar?

No es que fuera difícil gobernar España, es que para él era difícil el mero hecho de gobernar. Le  tocó reinar porque su abuelo (Luís XIV «El Rey Sol») no sabía muy bien qué hacer con él y entonces pensó que si lo ponía en el trono español sería fácil controlarlo. Para Felipe V fue una verdadera condena. Era una persona de una psicología muy compleja y sufría mucho, un alma muy torturada y oscura, con grandes cargas de conciencia. De hecho, acabó teniendo problemas mentales. Durante la mayor parte de su reinado vivió sucesivas recaídas, cada vez eran más grandes e incluso lo invalidaban para gobernar por periodos. Pero todo era debido a una enfermedad mental que se unía a una personalidad retraída, compleja, atemorizada y una educación muy rígida. Curiosamente, aunque él venía de Versalles, que era una Corte muy libertina con un culto a los placeres mundanos, en general, había sido educado en un ultracatolicismo que le hacía, además, que llegara a temer a Dios. Todo ello le formó como un adulto de personalidad complicada.

Si tuviera que ser diagnosticado hoy día ¿qué enfermedad concreta padecería Felipe V?

Hoy en día habría tenido, no una, sino varias enfermedades mentales. Según los historiadores podría haber sido diagnosticado de esquizofrenia, bipolaridad y lo que sí es inequívoco, de una depresión crónica. Vamos, una bomba de relojería, como para gobernar un país ¿no?

Hay un momento en la novela donde apuntas «Borbón y sexo eran una alianza tan placentera como indisoluble…»

Y complicada también. Felipe V tenía una obsesión por el sexo desde muy joven que era, en mi opinión, enfermiza. Necesitaba practicar sexo a diario. Hubo quien dijo que la muerte de su primera esposa -que murió a los 25 años- se había acelerado por tal costumbre. En los últimos momentos de la enfermedad de María Luisa de Saboya, los médicos le pidieron a Felipe V que durmiera en otra habitación, a lo cual él se negó. Desconozco si aceleró la muerte o no, pero no creo que a una enferma le viniera muy bien y le fuera beneficioso.

Teniendo en cuenta que estaba obsesionado con el paso del tiempo…¿El sexo era algo a lo que él se aferraba para ‘sentirse vivo’?

Pienso que sí. Considero que aferrarse al sexo de una manera desordenada y exagerada, le hacían en cierto modo combatir la muerte, porque él tenía muchísimo miedo a la muerte y sentía verdadera obsesión, como apuntabas, por el paso del tiempo. Por eso le gustaban tanto los relojes, era una manera de mostrar que el hombre podía controlar el tiempo, que al final no es verdad, pero lo creía así.

También se sentía atraído por la sangre

Como decía antes, era un hombre lleno de obsesiones, muchas de ellas insanas. El origen de la obsesión de la sangre tiene que ver con los toros. Cuando él viene a reinar a España- era muy joven, tenía 17 años- durante el viaje a Madrid tiene ocasión de presenciar una corrida de toros. Al principio le sorprende, era la primera vez y le causó hasta rechazo. Sin embargo, de repente sintió que ese ritual del torero enfrentándose al toro y la sangre, ejercían sobre él una atracción y excitación palpables. Incluso cuando iba a guerrear, cuando pisaba el campo de batalla -se describe muy bien en la novela-, sentía excitación por los cuerpos ensangrentados y el olor de la sangre. Al final, si vas analizando todas y cada una de las obsesiones -que fueron muchas- todo se debe a un gran desequilibrio de la mente. Era un hombre excesivo y además lleno de miedos y temores, de manera que esas obsesiones siempre se canalizaban de forma negativa.

Se casó con su segunda mujer, Isabel de Farnesio en agosto de 1714, la cual llegó a reinar en algunos momentos (algo impensable en aquella época)

En la sombra ella tomaba las riendas. Yo creo que el reinado de Felipe V se sostuvo durante algunos momentos en los que él tenía recaídas muy graves (las cuales empeoraban conforme iba cumpliendo años) por dos razones: por una parte porque tenía a su lado a Isabel de Farnesio que no estaba dispuesta, de ninguna de las maneras, a renunciar a la Corona; y luego también es cierto que él se rodeó de muy buenos colaboradores. En general fue un buen reinado. Como digo, tenía grandes momentos de lucidez que se alternaban con grandes recaídas. Sevilla, por ejemplo, sede de la Corte durante cinco años, se convirtió en los momentos más delirantes de su vida. Hay una escena que a mi parece muy terrible psicológicamente y es que en los Jardines de los Reales Alcázares -donde vivía la familia real en la capital hispalense- lo encontraron un día los criados en cuclillas y con la boca abierta, cuando le preguntaron por qué no entraba a palacio, Felipe V les pidió silencio y les dijo que acaso no se habían dado cuenta de que él se había convertido en una rana y que estaba esperando cazar un mosquito. Esta anécdota llama mucho la atención y nos puede parecer muy pintoresca, pero en el fondo te das cuenta de que era una persona que tenía problemas mentales tan graves que podía llegar a perder la dignidad.

¿Cuánto hay en el libro de ‘ficción literaria’ y cuánto de historia ‘pura y dura’?

De ficción hay muy poco. Alguna cosa que tiene que ver con Juan Guillermo de Ripperdá y su relación con Isabel de Farnesio, pero poco más. El reloj de las cuatro fachadas, que llega a convertirse en uno de los personajes de la novela, existió. Era tan impresionante que el Rey Juan Carlos I lo quiso tener en su despacho. Es un reloj espectacular, tiene cuatro caras y es un compendio de astrología, astronomía, geografía… una verdadera obra de ingeniería relojera.

Ahora que has nombrado a Ripperdá, hay que reconocer, que es un personaje verdaderamente fascinante

Llegó a convertirse en Primer Ministro de España durante el reinado de Felipe V y es un caso absolutamente real. Ese personaje existió y todo lo que hace en la novela lo hizo en la realidad. Es un ‘caradura’, aventurero, sin escrúpulos, seductor absoluto y total, que sin una gran cultura, pero con unas grandes dotes de convicción, hacía ver lo que no era. De esta forma convenció a los reyes -especialmente a la reina- y es verdad que alcanzó lo más alto. Felipe V confió muchísimo en él hasta que se descubrió su juego. Todas esas personas que tienen esas carreras ascendentes tan fulgurantes, que no se sostienen, no se fundamentan, luego las caídas son también históricas, casi de epopeya.

¿Cómo ha ido cambiando y evolucionando la dinastía de los Borbones?

Fíjate que los Borbones siempre han sido unos reyes muy propensos a dejarse llevar por lo que se suele llamar como ‘las bajas pasiones’, hasta los más recientes. Juan Carlos I abdicó -aunque no fuese la única razón- cuando todos nos enteramos de que había ido a cazar a África con una amiga íntima y se había roto la cadera en dicho viaje. Yo creo que el rey actual es el menos Borbón, en ese sentido. Pero hasta ahora todos han seguido una tónica parecida, es más, si nos remontamos a Isabel II o a Fernando VII tenemos claros ejemplos.

En la novela Felipe V llega a reflexionar si se va a perpetuar la dinastía y si algún día llegará a reinar alguien con el nombre de Felipe VI

Felipe V fue consciente de que si llegaban a salir adelante -cosa que no tenía muy clara- la España que le tocaría gobernar a su descendencia, evidentemente, sería muy diferente a la que él le tocó reinar, pero «en el fondo nunca podrá renegar de las fuentes borbónicas de las que ha bebido». Hay que tener en cuenta que ha sido una dinastía muy polémica y complicada, pero ¿qué dinastía monárquica no lo es?

Llegados a este punto, ¿cómo resumir la historia que se van a encontrar los lectores en ‘La Corona Maldita? 

Se van a encontrar con una historia muy entretenida. He intentado ‘sacarle punta’ a todas las vivencias, dolencias, padecimientos y alegrías de un gran personaje de la historia de España,  que tenía a su alrededor personas que en sí mismas son también personajes de novela como son Isabel de Farnesio, el Barón de Ripperdá o el Cardenal Alberoni, entre otros. Hay muchas intrigas palaciegas, pero también humanidad, y se muestra la esencia del alma humana, de aquella gente que tiene que cumplir con un destino que no acepta.

 

 

 

 

 

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