1984 es uno los libros más influyentes del siglo XX, convertido en relato definitorio del mundo moderno. Ideas como «policía del pensamiento» o «doblepensamiento» hace décadas que están arraigadas en nuestro lenguaje. El legado de este clásico —una novela que reivindican socialistas, conservadores, anarquistas, liberales, católicos y libertarios de toda clase—, se aprecia en libros, películas, obras de teatro, programas de televisión, cómics, álbumes musicales, anuncios, discursos, campañas electorales y revueltas. No existe ninguna otra obra literaria del siglo pasado con tal ubicuidad cultural y que haya preservado de tal modo su fuerza original.
El Ministerio de la Verdad explora el fenómeno en que se convirtió la novela cuando se publicó por primera vez en 1949, y las formas cambiantes en que se ha leído desde entonces, revelando cómo la historia puede orientar la ficción y cómo la ficción puede influir en la historia.
Dorian Lynskey ofrece una imagen precisa de la postura de Orwell respecto a las cuestiones fundamentales de su época, e investiga las influencias que convergieron en la escritura de 1984: desde sus experiencias en la Guerra Civil española, hasta su fascinación por la ficción utópica y distópica.
Encontraremos en el libro a Aldous Huxley y E. M. Forster, Winston Churchill y Clement Attlee, Ayn Rand y Joseph McCarthy, Arthur Koestler y Hannah Arendt, Margaret Atwood y Margaret Thatcher, la CIA y la BBC, David Bowie, V de Vendetta, La naranja mecánica, Edward Snowden y Steve Jobs, Lenin, Stalin y Hitler.
Si bien se han escrito varias biografías de Orwell y estudios académicos sobre el contexto de1894, nunca se ha intentado aunar ambos enfoques en un solo texto que, además, explore las repercusiones que ha tenido el libro publicado hace más de setenta años. El Ministerio de la Verdad es una obra fundamental para descubrir el universo de Orwell y entender el desarrollo de nuestra cultura.
«Es terrible que la novela nos hable tan alto y claro hoy, y dice mucho sobre políticos y ciudadanía. Aunque sigue siendo una advertencia, también se ha convertido en un recordatorio de esas dolorosas lecciones que el mundo parece haber olvidado desde la época de Orwell, sobre todo las relacionadas con la fragilidad de la verdad frente al poder. No quiero decir que 1984 sea más relevante que nunca, pero no cabe duda de que es más relevante de lo que debería». Dorian Lynskey