Antonio Tocornal © Emilio Morales

Quien haya podido tener oportunidad de leer Árida (Premio Internacional de Novela Corta Francisco Ayala), tendrá arena en la garganta y el calor sofocante le habrá perseguido a través de las líneas y las historias de sus personajes, el sonido de las chicharras le habrá enloquecido casi, y habrá descubierto que si alguien tiene anotado su nombre en la agenda de la parca, no encontrará escondite en ningún lugar. Que aquí en Árida las horas no tienen ningún valor y la medición del tiempo es engañosa, que los muertos son nuestros compañeros de viaje, y quizás esos muertos seamos nosotros en esa huida hacia delante, sea lo que sea que signifique eso; que cada uno es responsable de trazar su propio sendero y al final del camino descubriremos que quizás Árida, no sea un lugar, sino un estado…, no de inspiración, en la que no cree demasiado Antonio Tocornal, sino de una reflexión profunda, de la experiencia vital del autor, y en esa capacidad para reconocer las buenas ideas cuando aparecen. Árida es un buen ejemplo de ello.

El autor

Si nos hiciéramos la pregunta de quién es Antonio Tocornal todos podemos echar un vistazo a la biografía del autor, pero yo me quedo con lo que dijo él sobre sí mismo en una entrevista: «Un lector que se ha acercado tanto al abismo de la literatura que ha acabado por caerse del otro lado, del de la escritura».

En esa evolución como lector, y puesto que es muy exigente consigo mismo, hubo que esperar para poder leer algunos de sus textos, que él considerara que podían ser publicados, sin que le «fuese a causar demasiado rubor al pasar el tiempo», como él mismo explica, y a partir de ahí hemos podido disfrutar de La noche en que pude haber visto tocar a Dizzy Gillespie, Pájaros en un cielo de estaño, Bajamares, Malasanta, Cadillac Ranch y ahora Árida.

Aquí os dejamos su entrevista. Disfrutadla.

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